Lil Peláez Venciendo Miedos
RECUPERADO DE SALA DE ESPERA
Por Katherine Hernández – @kathernandez Fotografía: Alejandro Tintori tintorellifilms@gmail.com Estilismo: Maylé Vásquez
La historia de Lil Pelaez es de retos. Su menuda y elegante figura no muestran, en principio, el talante de esta mujer que ha sabido abrirse paso como una empresaria respetada pero además como un ser humano que se ha ganado a pulso el cariño de sus compañeras de trabajo, familiares y pacientes. Pero aun mas importante, ella ha dado una batalla por sí misma: decidió vencer sus miedos.
Con tono dulce pero determinado Lil Elizabeth Pelaez -médico general especializada en Medicina Estética y Anti-Aging-, sabe encauzar procesos que pueden ser agotadores para pacientes (dietas que pueden durar algunos meses, procesos metódicos para mejorar el aspecto de la piel, entre otros) pero que con estricto seguimiento y profesionalismo dan resultados excelentes. Desde 2009 inició el proyecto Inmed y lo que parecía una iniciativa “chiquitica” como dice ella, terminó convirtiéndose en una de las mejores clínicas estéticas de República Dominicana.
Los retos fueron varios, Lil con 33 años, ya era madre de una niña de 10, su familia atravesaba por una crisis de índole judicial que trastocó el orden del hogar y que la obligó prácticamente a batallar por sacar a los suyos adelante. “Me vi en la necesidad de ayudar a mi esposo y a mi familia. La única que podía resolver era yo”, recuerda. Vendió su carro y compró su primer laser, instaló el centro de medicina estética en su casa y se enfocó en crear una reputación excelente a fuerza de trabajo.
“Mi cuñada fue mi primera asistente, mi hermana era mi recepcionista y mi contable, mi mamá era la persona que te acomodaba, o sea todo empezó como muy chiquitico. Después se dio la oportunidad de este local en la Federico Geraldino que era de la familia de mi esposo. Y yo tenía mucho miedo, decía que cómo iba a llenarlo si lo que tenía eran diez pacientes al día. Mi esposo siempre me apoyó mucho, aunque estuviera en Brasil, en Argentina siempre me empujó. Cuando le dije “tengo miedo de mudarme”, me dijo “múdate. Si te va mal, lo vendemos todo y vuelves al apartamento”. Ahí vino Tania Báez, Techy, Carla, y me ayudaron con las redes, eso salió solo. Nunca hicimos un contrato. Empecé a ir a su programa y eso hizo que tuviéramos una demanda mayor, no fue de la noche a la mañana pero se fue dando. Posteriormente llegó Elena que era mi paciente y se convirtió en subdirectora de la clínica. Dios me fue poniendo personas en el camino tan fieles que yo no tengo cómo explicarlo”.
Y cuando estás ahí qué…
Muchos nos pasamos horas imaginando el momento en el que el proyecto de nuestra vida llega a su punto más alto, a eso a lo que la gente denomina “el éxito”. Pero ¿estamos preparados para ello? Esta reflexión la conversó, con otras palabras, la querida comunicadora y coach Tania Báez con Lil Peláez entre 2013 y 2014. “Tania me dijo: tu no vas a estar preparada para el crecimiento que va a tener Inmed” y yo ni lo pensé”.
“Yo lo quería hacer todo, no comía, no iba a casa, no llevaba a mi hija al colegio, no iba a buscarla, no conocía a los profesores. Cuando mi esposo llega a la casa, supe que tenía que repartirme, tenía que tomar las riendas de la clínica pero temía porque mis pacientes estaban acostumbrados a mi. En ese momento preparamos a la doctora Ubrí quien además terminó su carrera de medicina estética. Sin embargo, luego nos dimos cuenta que necesitábamos a alguien para las dietas, y ahí llega Michelle Medina que siempre había querido trabajar conmigo. ¡Wow she?s so nice!”
“La meditación cambió mi vida”
Con Lil Peláez, fuera de las citas a las que acudo como paciente también, las conversaciones no son lineales. No pueden serlo. Tiene muchísima energía y además es de las que cuando decide abrirse y compartir lo que siente, su espíritu corre y se transforma en un caudal.
“Yo tuve un súper break. Ni siquiera sabía que estaba ansiosa”. Esta frase sonó áspera y Lil la dijo con mirada en el cielo, supe que hizo un esfuerzo por decírmelo. Fue casi la conclusión de una conversación muy enriquecedora sobre la meditación y sobre el curso que ha decidido tomar para sentirse mejor consigo misma y con su entorno. Le comenté de mi ritmo de vida también, siempre con mucho agite, siempre buscando que todo salga bien. Me dijo “Tienes que meditar”.
“Lo primero es que aprendas a respirar, te concentras en la respiración y ya estás meditando, te tienes que liberar de todo pensamiento, te vas a concentrar en donde tienes la respiración. Eso me ha cambiado la vida.
Yo tenía mucha ansiedad, cojo mil proyectos y antes de terminar uno ya estaba empezando otro y me di cuenta que tenia que bajarle las revoluciones. Yo no sabía meditar porque me dormía, pero mi maestro me explicó que cuando tu meditas y te duermes es porque necesitas descansar. Así que eso es lo que mi cuerpo necesitaba”.
— ¿En qué sientes que has cambiado?, le pregunto y me dice sonriendo “es más fácil que otro te diga”. Por lo que le pregunté, de inmediato, a la chica que acompañó a Lil a la entrevista, y que tiene dos años trabajando con ella. Me dice “es otra persona, no se irrita como antes, no se frustra”.
Lil continúa y me comenta lo que parece ser una suerte de determinación “No dejo que las cosas me estresen cuando no hay nada que pueda hacer. Si llego tarde a una cita, puedo pedir disculpas pero no puedo acelerar el tránsito, no hago nada teniendo una situación negativa con el chofer, no hago nada criticando al que está al lado de mi pues eso lo que genera es mucha energía negativa y al final del día llegas a casa con todas esas energías y se las pasas a tus hijos. Si por casualidad alguno parte un vaso, le dices de todo y lo que estás es descargando sobre ellos las cosas negativas del día. No dejo que nadie me irradie con energía negativa, cuando mi esposo está discutiendo por teléfono en casa, le digo que por favor vaya afuera. I?m sorry!”
Una etapa de transición
“Estoy dejando el perfeccionismo, eso será parte de mi 2017. Nadie es perfecto y si se te pones a pensar así tendrás una constante decepción. Es una manera de boicotearte, si estas haciendo un buen trabajo y entregaste lo mejor de ti, cuál es el punto de decirte que no está bien.
Estoy en una etapa de transición en la que voy a delegar más, ya no tengo miedo. Antes tenia miedo de que si yo le enseñaba a la gente algo estuviera incluso entrenando a mi competencia. Pero no existe competencia, si las personas a las que entreno hacen su trabajo bien y yo hago mi trabajo bien, van a llegar más pacientes a la medicina estética. Hay cosas que no necesariamente tengo que hacer yo sino que las doctoras y las chicas de la clínica saben que estoy ahí también para supervisar. Eso no significa que no soy exigente, mi política de trabajo es la honestidad”
La práctica médica de Lil Peláez
“Mi honestidad me he destacado del resto de centros de medicina estética. Muchos entran a este negocio porque piensan que esto es dinero fácil. Yo solo trabajo con productos de calidad, probados por la FDA, si no se usan en Estados Unidos y Europa yo no lo voy a usar porque al final es tu rostro, es tu cuerpo. Nunca he tenido una demanda, nunca he tenido algo que no he podido responder a un paciente. Además, si no me siento en confianza para hacer un procedimiento, lo refiero.
Además no dejo de prepararme, tienes que tener que un poco de científico loco, investigar. No me quedo con el protocolo de nadie, siempre modifico para que puedan ver un cambio y además yo misma me hago todos los tratamientos”.
Sobre su equipo INMED
“Siempre piensas que puedes dar mas, uno siente que esta en deuda con ellas, y ellas hablan de mi como si fuera su hermana. A mi Dios me mando a toda la gente que trabaja en esa clínica. Es muy bonito, es un ambiente grato. Lo estoy disfrutando al 100%.
Para 2017 ¡planifícate!
Aquí las sugerencias de la Dra. Lil Peláez para tu piel y por etapas
De 20 a 30 años: Para mí, los tratamientos faciales son cruciales en esa etapa y una buena línea de cuidado de rostro son vitales. Hay algunos pacientes que bien sea por el daño solar, o porque fuman o porque no toman suficiente agua requieren un poquito de toxina botulínica como prevención.
De 30 a 40 años: Ya aquí empieza la radiofrecuencia porque empezamos a degradar el colágeno mas rápido de lo que lo producimos. Siempre la hidratación va porque la gente no se hidrata con frecuencia porque la mayoría de los tratamientos con energía y con ingredientes térmicos deshidratan un poco la piel. Ya ahí yo agregaría un poco de retinoide en la noche para regenerar colágeno y elastina. También recomiendo que se hagan cualquier procedimiento que complemente la radiofrecuencia.
De 40 a 50 años: La gente ya quiere tratamientos para recuperar el volumen óseo en el ángulo de la mandíbula. La queja numero dos son las arrugas dinámicas que se quitan con toxina botulínica. Y lo tercero podría ser tratar la pigmentación.
De 50 a 60 años: todas las mujeres se quejan del cuello a esa edad. Usualmente consideremos que de 40 a 60 años es la edad para implementar hilos reabsorbibles que son hilos de sujeción y que nosotros tenemos la marca aprobada por la FDA, te dejan un efecto súper lindo y muy natural.
Las personales de Lil Peláez
—¿Qué te gusta leer?
—Ahora estoy leyendo mucho temas de relajación y ver qué puedo dejar en el mundo. Libros de crecimiento espiritual. Me leo dos libros semanales, me está saliendo caro el relajo!
—Los libros… En digital o en físico?…
—Físicos… Me encanta pasarles la mano.
¿Qué disfrutas escuchar?… Disfruto oír la música que oía mi papá. Me encanta escuchar todo tipo de música menos heavy metal y si es bachata tiene que ser fina, tiene tener una letra bonita.
—¿Qué oía tu papá?
—A el siempre le gustaba mucho el Rock and Roll, Elvis Presley, Jazz. Le encantaba Wynton Marsalis. El oído musical de mi padre era una cosa anormal, no tenía límite.
—¿Lo extrañas mucho?
—Ufff… Muchísimo! Mi papá tiene diez años que se fue. Yo se que él está en un sitio bueno y que nos vamos a encontrar. Yo entiendo que todo lo que pasó tenía que pasar para que pudiera estar de la manera en que yo estoy ahora. Todo lo que hago pienso en qué diría papi.